Dirigir una firma equivale a liderar un negocio. La tarea exige implementar un proceso administrativo, que se define como la gestión de todos los recursos internos –talento humano, medios tecnológicos, capital financiero, entre otros– de la forma más eficiente y eficaz posible, para alcanzar los objetivos del negocio.
Como abogado, puede ser intimidante pensar en la gestión financiera de una firma. No es algo que se enseñe a fondo en la universidad. Sin embargo, el éxito de una empresa depende de conocer y manejar los números
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